Todo empezó temprano, como las buenas cosas. A las 07:00 en el aeropuerto. “¡¡Profeeee apenas he dormido!! ¿Por qué tan tempranooo?” Jajajaja es cierto que lo decían con la boca pequeña y sin demasiada insistencia, porque sus caras revelaban otro sentimiento. Ilusión a raudales, mariposas en el estómago, y por qué no, miedo a volar.
Gracias a las actividades que hemos ido organizando en conjunto, los chic@s de ambos colegios sevillanos, inmediatamente conectaron, charlaron, e incluso ¡¡celebramos juntos un cumpleaños!!
¡Bravo por vosotr@s!
Fue un viaje duro. Madrugón para empezar, vuelo nervioso hasta Barcelona (el avión a reventar de niñ@s!!!! Coincidimos con el colegio Claret 140 niñ@s!!!!!!). Menos mal que nos acompañó Don Carlos Latre que hizo de entretenimiento improvisado. Fotos y fotos con una paciencia descomunal. Creo que todavía tiene que estar durmiendo...
La escala en Barcelona (5:30h), aunque parezca mucho, se nos hizo bastante corta. Tuvimos de todo: tiendas, conciertos sorprendentes, momentos de plena autonomía de vuestr@s hij@s...
Tras el vuelo a Viena, ya empezó a notarse algo el cansancio y el traslado en autobús fue la puntilla. Aun así, la llegada y el recibimiento fue formidable.
Antes de bajar del autobús, muchos de ellos ya se saludaban por la ventana, se llamaban y aplaudían. ¡Una sensación fantástica!
¡Padres, madres, herman@s, abuel@s... vuestros niñ@s van a disfrutar como enanos!
Maravilloso!!! No podía ser de otra manera❤️👏🏼👏🏼👏🏼👏🏼😊 Gran experiencia para tod@s 😘
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